jueves, 6 de diciembre de 2012

Tracción Total Híbrida: Peugeot 508 RXH - Citroën DS5 Hybrid4

La alianza de marcas francesa PSA (Citroën y Peugeot) puso a la venta la pasada primavera un concepto híbrido que, aunque ya se lleva empleando en el sector desde hace algún tiempo, merece la pena destacar con este reciente ejemplo. Básicamente se trata de convertir un vehículo que normalmente es de tracción delantera en uno de tracción total mediante el acople de un motor eléctrico al eje trasero. Con ello conseguimos no solo los beneficios que ya de por sí ofrecen los híbridos, sino la ventaja de tener un sistema de tracción a las cuatro ruedas desconectable, que permite circular por campo (aunque solo por pistas de tierra en relativo buen estado).
    La potencia total en el caso de estos modelos es de 200CV: 163 CV del motor 2.0 HDI y 37CV del propulsor eléctrico. Más que suficiente para afrontar viajes largos con seguridad y confort, salir al campo de vez en cuando e incluso practicar una conducción algo deportiva. Lo mejor de este sistema es el escaso consumo, que se queda en unos 4 L/100km, mientras que un diésel de similares características sin sistema eléctrico consume más de 6 L/100km. Por si fuera poco, cuando se conduce a baja velocidad (menos de 60km/h) y a un ritmo tranquilo en ciudad se puede activar el modo 100% eléctrico, que permite rodar en silencio y con gran suavidad.
   El precio parte de 36.000€ en el Citroën y desde 42.000€ en el Peugeot, si bien las Comunidades Autónomas ofrecen algunos descuentos para vehículos híbridos.






   Personalmente me parece que esta idea tiene bastante futuro dada la versatilidad que otorga al coche, combinándola con un bajo consumo. A medida que la tecnología eléctrica vaya avanzando se irán abaratando costes y probablemente se transforme en un concepto bastante común en el parque móvil de todo el mundo. En este caso concreto, creo que será muy útil emplear este eficaz sistema en vehículos todocamino (e incluso todoterreno) dado que las prestaciones de la tracción total son similares a las de un vehículo convencional y, al mismo tiempo, es más económico respecto al consumo.
   Ya de paso, se me ocurre que a partir de este esquema se podrían desarrollar sistemas de ''propulsión complementaria'' en, por ejemplo, camiones (en los ejes de la carga o en el delantero) o autobuses, de forma que obtendríamos una ''semi-tracción total'' que permitiría al vehículo ayudarse del sistema eléctrico al arrancar, en situaciones de falta de adherencia o cuando se requiriera acelerar con fuerza. El sistema en este caso no constaría de decenas de baterías (que supondrían grandes costes y un incremento del peso) pues sería de uso puntual y con poca autonomía, recargándose, por ejemplo, con recuperadores de energía en las frenadas ubicados en las ruedas (tipo dinamo).

  En definitiva, estos novedosos esquemas ya están empezando a dar mucho juego en la fabricación de nuevos modelos y la mejora de sus prestaciones, y seguro que en el futuro se les sacará mucho más jugo del que quizás creamos que se puede sacar ahora. 

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